lunes, octubre 30, 2006

cita 26

"Me levanté despacio y me aparté de ella al cuarto contiguo. Sabía que no volveria a dormirme. Me puse los zapatos y un largo abrigo y me situé frente a la ventana. En el jardín reinaba un silencio total, todo tan inmóvil como jamás durante el dia ni jamás durante la noche. Los arbustos, sobre los que no caía ninguna sombra ni ninguna luz, no retenían nada misterioso.Las ramas de los árboles se erguían muertas en el aire lívido y vacio. Las ramas de los sauces llorones colgaban.Nada podía moverse en el aire inerte.Se diría que ni siquiera era el mismo jardín, sino su imagen reflejada por un espantoso espejo. Me parecía como si el corazón se me hubiera parado dentro de mí.Pero mi mente vigilante escupía sin piedad recuerdo tras recuerdo.Ahora ya no eran las impresiones recientes; eran anteriores: el primer viaje con Anna, su frágil voz vacía junto a la airada voz del jorobado y la voz triste de la mujer desconocida.Una conversación alguna vez en mi habitación con Anna. Y otra en el Prater, una tarde que llovía.Y otra más cuando me contó la muerte de su madre.Y la entonación cuando decía algo amargo y triste, el singular tono vacío desdeñoso.Y aquello indecible cuando besaba y se dejaba besar, la profunda y misteriosa incapacidad de entregarse. Y el modo como me miraba a mí, a las demás personas, a las cosas.Y lo otro, indescriptible, la coherencia entre su mirada y sus palabras.Como lo que yacía allá abajo en este jardín, así yacía en ella el mundo reflejado por un terrible espejo.En este instante, el cuerpo de Anna se movió ligeramente en el sueño.Y en ese mismo instante supe que ya no la amaba.Supe de golpe que mi cabeza y todos mis miembros se habían vaciado de este amor, vaciado como la jarra volcada de la que salta a una crecida la última vocanada de agua."
HUGO VON HOFMANNSTHAL en "Asomado al abismo"(las horas nocturnas)