viernes, noviembre 03, 2006

tarareando

...nunca he contado la historia de cómo una mañana me quedé inmóvil en el laboratorio de ciencias mirando una vitrina repleta de recipientes con formol, y en él , como flotando, bichos de todas clases y colores. lo que me mantuvo en esta actidud pétrea no fue aquel mundo inanimado que se presentaba ante mis ojos, sino , aquel otro, vívido e inquietante, que intuía a mis espaldas. así permanecí , quieta , hasta que el bullicio invisible cesó, y fue entonces cuando al girarme descubrí que ya no quedaba nadie. Nadie ha contado la historia de cómo una mañana me quedé inmóvil en el laboratorio de ciencias mirando una vitrina repleta de recipientes con formol, y en él, como flotando, bichos de todas clases y colores. lo que me mantuvo en esta actitud pétrea no fue aquel mundo inanimado que se presentaba ante mis ojos, sino , aquel otro, vívido e inquietante, que intuía a mis espaldas. así permanecí, quieta, hasta que el bullicio invisible cesó, y fue entonces, cuando al girarme, descubrí que ya no quedaba nadie. nadie, nunca , ha contado...