sábado, junio 28, 2008

el hombre número

vino para hablarnos de jardines cuando se sorprendió sentado y comenzó a referir historias que explicaban cómo la lluvia apareció en forma de mujer y el nombre de cada lobo respondía a un muerto de la tribu. Dejó caer cuerpos inventados en rios y piedras únicas. Habló una tarde cuando nosotros esperábamos un diagrama . Queríamos medirlo todo. También la forma en la que sus cuentos nos conducían a un territorio inexplorado. Queríamos calcular la repuesta que el aire evocaba dentro de un frasco.Él no era un profeta pero nosotros mirábamos con disimulo su boca vacía que anunciaba que guardaba los dientes en una bolsa de cuero . Esperábamos una contraseña para desatar sus dardos de francotirador ,Finalmente los jardines se habían evaporado . Los acrósticos mudos que generó su cordura se perdieron porque no fueron escritos .