sábado, octubre 25, 2008

besos besos

He rodeado la ciudad. Al entrar he visto en las calles desiertas a un niño que hablaba solo con su monopatín.Y el momopatin, quizá obligado por la génesis de su nombre no parecía dispuesto a contestar, lo que no ha impedido que el niño le hablara convencido de que le estaban escuchando. Lo tenía cogido en brazos y no sé qué es lo que le estaría contando, pues en cuanto ha descubierto mi presencia se ha quedado mudo y ha disimulado.En el suelo , cerca del vivero, en el paseo de castaños de indias que cruzan hasta la plaza de toros, estaban ya las primeras hojas amarillas y cientos de castañas pilongas y me he preguntado por qué en cuarenta años no me ha caído ninguna en la cabeza . Contábamos de niños que las castañas pilongas eran venenosas y que de comerlas podías volverte loco. Así que las utilizábamos en salvajes guerrillas del laberíntico parque.Allí me cayeron algunas, pero venían en diagonal, y no del cielo , con lo que el impacto perdía toda la magia.Ya no recuerdo si por simple curiosidad comí alguna.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

bonita entrada, fuera del estilo de tu blog; pero bonita.

algo relacionado con la reciente lectura de Danilo Kis??

por lo lírico lo digo mayormente...

no dejes de escribir, que estoy pensando en hacerme tu representante :)

salud y alegría hermana.

8:00 p. m.  
Blogger Patty Ice said...

...algo relacionado con un afecto sincero y profundo.
Y no , no es fuera de mi estilo. Como todas mis palabras , estas tambien, habitan una oscura selva en medio de la guerrilla y visten de camuflaje. En mi estilo mi perpetua cobardía.
..ya hablaremos de las galas y porcentajes ; )

9:39 a. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me encantaría que se diera la siguiente situación:
Voy por un parque repleto de castaños pilongos de esos y me siento en algún banco apacible a mirar cómo las ardillas despliegan toda su actividad recolectora. De repente, te vislumbro entre los setos. Me digo "anda mira, si es Eva". Vas paseando tranquilamente, dejando que la vista se pose en los montones de hojas que hay por todas partes. Llevas tus colección de cuarenta hojas de castaño en los bolsillos (en uno hay seis, en otro siete y del resto perdiste la cuenta). Antes de darme tiempo a decidir si saludarte e interrumpir tu momento, el momento se interrumpe por sí solo. Una castaña pilonga te cae desde una rama cercana justo enmedio de la cabeza. ¡Jajaja, ahora tu cara parece sacada de un tebeo! Pero no veo que se te caiga nada de los bolsillos a pesar del bote que has pegado.
Todo esto me hace pensar profundamente en el significado que pueda tener la relación de aparente trivialidad entre una castaña pilonga y un monopatín.

Estás rodeada de gente que te quiere y que sabe que de pequeña no tuviste una sobredosis de castañas alucinógenas. Vaya, quería decir venenosas.

5:55 a. m.  

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