lunes, junio 30, 2008

el hombre despertador

Todo empezó soñando la palabra "importante". Con papel pinocho de vivos colores fuí haciendo pequeñas bolitas ,tratando de ocultar los picos que inevitablemente se empeñaban en huir de la esfera. Los pegué cuidadosamente sobre una plantilla donde previamente estaba escrita la palabra. El aspecto final era muy infantil, como de una manualidad de colegial, tenía algo de fresco y divertidido con tanto colorín, aunque algo en justamente esa palabra te alejaba de la inconsciencia. Después escribí "importante" en una pequeña hoja cuadriculada en azul ,de una de esas libretas tamaño mini con gusanillo, de esas que cuando arrancas la hoja dejan flecos, y todo es pecfecto, menos por ese lado, que parece sin terminar de hacer, o roto,o una ruina que cuando la visitas como turista sabes que lo que ves es lo que falta. Escrita la palabra con un portaminas de mina casi transparente, con mi caligrafía rápida , y la pegué detrás de una puerta. Fué entonces cuando me acordé de mi reloj" perestroiko", comprado en el momento en el que las cosas ocurren, y luego pasan, y sólo puedes contar cómo ocurrieron. Pero te queda esa nostalgía de saber que en un tiempo ya sólo podrás contar. Así que me pareció muy oportuno comprar ese reloj entonces, porque ya cuando ocurrían las cosas las estaba añorando. Y no fue extraño que lo perdiera pronto porque un cenicero ,recuerdo de la playa, o una postal ,recuerdo de las ruinas de roma ,siempre están por el medio, pueden aparecer en cualquier momento. Pero el reloj "perestroiko " funcionaba perfectamente y yo lo usaba a diario. Sé que fué mejor perderlo, lo que no evitó que me apenara y que a veces, hasta en sueños, aparezca liado en uno de ellos y asome detrás de una palabra importante. Como no puedo pensar en los flecos de una cuartilla sin ver lo que falta, y cerrar cada círculo arrancado al gusanillo y no poder evitar que con papel pinocho no salga la esfera perfecta . Entonces, en mi sueño, al irrumpir mi reloj, del que debería explicar que las manecillas no eran cortas ni largas sino una hoz y un martillo en su lugar, mi cabeza pensó, y digo mi cabeza porque yo estaba durmiendo y actuaba de manera involuntaria ,como un actor despedido que mira a su sustituto detrás del telón y al que han intentado buscar el mayor parecido conmigo , mi cabeza pensó, digo, en un reloj donde los números fueran sustituidos por la palabra "importante". Y en mi sueño, aunque también ocurre así en la realidad, esta palabra tenía tan sólo diez letras cuando yo necesitaba doce horas. Al principio esto me pareció un problema, pero tratando de encontrar otras palabras que sumaran doce letras llegué a la conclusión de que esto no era lo más importante. Que era en definitiva perfecto que en algunas palabras que sustituyeran a las horas faltara alguna, como faltaba algo en los flecos de la hoja arrancada y colocada detrás de la puerta. Y me pareció que cualquier palabra podría sustituir los números de la perfecta esfera del reloj, fuera o no perestroiko. Y empezaron a aparecer miles en mi sueño (tal vez no tantos) y con cualquier palabra era hermoso mirar la hora y su ruina, cuando faltaba alguna letra. Estos son los sueños que se tienen en verano, cuando nada es importante.

1 Comments:

Blogger LIRA said...

Las páginas arrancadas de las libretas también hablan de uso, de vida, y de evolución, porque esa hoja ya no pertenece al cuaderno, sino al lugar donde haya ido a parar la hoja...y arrancar hojas y dejar flecos es bonito...hay acción ahí...y la ACCION es importante, muy importante...aun en contraposición con lo INMOVIL...

8:22 a. m.  

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