martes, diciembre 11, 2007

autovía

No estoy segura de lo que ocurre , vamos despacio por la autovía, parece que hay retenciones, quizá algún accidente. Siempre cuando salgo de esta ciudad el cielo se muestra imponente. Se muestra que me crispa los ojos de tan bonito. Se muestra como si fuera a explotar de un momento a otro conmigo dentro. Como si no me conociera de nada. Como si no planeara sobre mi cabeza. A su aire. Paseando la distancia que nos separa. Aprovecha para montar el espectáculo justo cuando me estoy yendo. Se recorta en los edificios a los que mete mano la luz, nada de manhathans de postal. Es la hora punta del detalle, de las fachadas iluminadas a linterna. Es la hora de sacar a relucir la oscuridad. Luces que no se quedan, que rebotan inmisericordes en el ojo del que se está yendo, para que le acuda la idea de la traición. Como diciendo que las casas se quedan porque no tienen pies, porque son un poco vegetales, y un poco paisajes también, para que te hagas una idea de conjunto . Una impresión.
Cuando salgo de esta ciudad y el cielo se muestra imponente noto el peso de container de toda esa humanidad que se queda. Imagino a bulto las vidas. Sin presentación previa me caen flashes de vidas a bocajarro. El colmo
de mi decadencia es cuando acompaño ventanilla y música. Como ponerle banda sonora a la respiración. Le doy al botón y Tom waits se pone de parte del cielo. Las voces grabadas también corren el riesgo de regar tierras baldías , de ser plañideras a cobro revertido, de usarse a conciencia para tunear un momento. Y o en el fondo lo sé, pero en la superficie manda la piel enfebrecida por el sonido y este cielo imposible.
Parece que no nos vamos nunca. Que este irse se prolongará en un circuito de memoria . No sabría decir en qué instante llegó la noche. Porque aquí sigo sentada y mirando , sin moverme apenas unos centímetros para enderezar la espalda. Quieta en el asiento del coche me alejo de la ciudad. ¡Qué visión futurista ir sentada!. Qué visión futurista las palabras eléctricas en la noche . Contrachapados, muebles de ocasión, taller mecánico, volvo, golosinas y frutos secos, A3 salida a Madrid. Empiezo a imaginarme el camino sin carteles. Y voy para atrás donde dejé el cielo, me adentro de nuevo en la ciudad. Y la veo sin palabras. Nada indica con signos.Todo está aparentemente igual , casas, cines, comercios. Todo es lo mismo, pero las letras que nombran no están. Un cartel de una película sin título.Un restaurante sin carta. Miro la Coca cola sin nombre .Dentro de las casas tampoco hay nada escrito. Estoy cerca del miedo. La ciudad suena muda.
Nos vamos . El tráfico es ahora más fluido. Yo vuelvo de mi cabeza. Miro por la ventana. Fuera todo es oscuridad.