jueves, diciembre 11, 2008

microinstante misántropo

También estaba Laszlo Moholy Nagy, aunque apenas se dejaba ver. Saltaba de la sombra a la luz como un caballo en el tablero ajedrezado. Eso es lo que Duchamp le dijo nada más intuirlo tras la puerta.Y que todos los sucesos parecían allí insignificantes. Había olvidado lo trivial que parece todo cuando las cosas se ponen feas.También se ponen literarias, gritó Laszlo reposado en un reflejo.
Ahora estamos escribiendo lo que ocurrió. Buscábamos el angelus de Millet en el momento en el que los espigadores levantan sus cabezas al cielo porque escuchan los motores de un avión que vuela bajo. Y sólo alcanzan a ver su estela, y acaso,a sentirse nostálgicos por haber perdido ese vuelo para siempre. Esa tarde , todos sin excepción, amábamos el canto de los motores

1 Comments:

Blogger Patricia Miranda said...

asi mismo es eva! es como si fueramos un par de viejas amigas que se escuchan en la distancia! aqui te dejo un presente inmovil! algo que descubri mientras leia! un abrazo! tu blog es maravilloso y tu lo eres con el!

La escritura metodica me distrae de la presente condicion de los hombres. La certidumbre de que todo esta escrito nos anula o nos afantasma. Yo conozco distritos en que los jovenes se prosternan ante los libros y besan con barbarie las paginas pero no saben descifrar una sola letra. Las epidemias, las discordias hereticas, las peregrinacions que inveitablemnte degeneran en bandolerismo, han diezmado la poblacion. Creo haber mencionado los suicidios, cada agno mas frecuentes. Quiza me engagnen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana -la unica- esta por extinguirse y que la Biblioteca perdurara: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmovil, armada de volumenes preciosos, inutil, incorruptible, secreta.

de Ficciones, La Biblioteca de Babel, de J.L. Borges

9:49 p. m.  

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