lunes, marzo 30, 2009

el traficante de sal


En los tres gatos jugaba todas las tardes al ajedrez, y no era pendenciero ni bebedor . La tenía investigada y ensayaba cada gesto . Miraba la polaroid, se miraba al espejo, y retornaba la vista a la polaroid para comprobar hasta qué punto el parecido.Muchas de las fotografías salían movidas y entonces se colocaba unas lentes de aumento y ejercitaba un rápido movimiento frente a su reflejo. También probó con su sombra. Sólo la silueta, repetida, buscando en las calles un escenario similar . Aunque eso no importaba tanto. Ni las personas que accidentalmente quedaban dentro del marco de la imagen. Era sólo repetirle, era sólo raptarle su cuerpo, en una fugaz representación , imitado y raptado su cuerpo, investigado, como el más oscuro de los secretos.